La cuestión social: detonante del posterior nacimiento del Derecho del Trabajo
El nacimiento del Derecho del Trabajo se sitúa a mediados del siglo XIX, en España, como una reacción del propio Estado ante un fenómeno social –el movimiento obrero–, derivado de la cuestión social.
La cuestión social era una situación de malestar entre la clase trabajadora, en el contexto del éxodo del campo a la ciudad, y ligada a la producción en las fábricas, las situaciones de explotación derivadas de jornadas laborales desproporcionadas, con salarios ínfimos, etc.
Los trabajadores comienzan a organizarse (no en sindicatos, que estaban contemplados como ilícito penal –cuya denominación era “maquinaciones para alterar el precio de las cosas”–, recogido en los Códigos Penales de la época) en coligaciones, sociedades de resistencia, etc. (eufemismos, al final, de los sindicatos). Si un trabajador enfermaba, por ejemplo, se servía de unas ayudas del resto de grupo de trabajadores (se cubrían, así, las carencias del poder público).
La reforma social: se abre paso la legislación laboral
Frente a esta situación de la cuestión social, se empieza a abrir camino la idea de una reforma social. Frente a los postulados teóricos liberales, se va abriendo camino la legislación laboral.
Se parte en primer lugar del dogma liberal de la igualdad de contratantes, que presuponía la igualdad entre empresario y trabajador. No se daba esta igualdad en la práctica, reconociéndose, por el poder público, la asimetría del contrato a causa de la desigualdad de poder económico de empresario / trabajador, como uno de los principios del Derecho laboral.
La segunda idea liberal, era el abstencionismo normativo del Estado, por el cual el Estado debía quedar al margen. El poder público pasa a intervenir para proteger a la considerada parte débil del contrato.
La tercera idea liberal es el entendimiento directo entre individuos en el mercado de trabajo. Se pasa a la intervención de representaciones colectivas de empresarios y trabajadores (la autonomía colectiva, reconociéndose que negociar desde la colectividad daba más poder de negociación, frente al empresario, a los trabajadores).
Las denominadas "Leyes de fábrica"
Vamos a ver tres ejemplos, a título ilustrativo, de las más importantes leyes en el ámbito laboral en un principio, denominadas leyes de fábrica (eran leyes aisladas, y que no eran concebidas como una rama del Derecho propia). El Derecho del Trabajo tuvo en sus inicios un marcado tinte industrial, de ahí la denominación de estas leyes como leyes de fábrica.
Mujeres y menores
Ley Benot, de 1873. Lo que pretendía esta Ley era abordar los aspectos más acuciantes del momento, protegiéndose el trabajo de la mujer en un momento de gestación y de menores a una determinada edad.
Prevención y cobertura de accidentes de trabajo
Ley de accidente de trabajo, de 1900.
Descanso dominical y jornada máxima de trabajo
Ley de descanso dominical, de 1940.
Efectos negativos del trabajo infantil
La dificultad de las tareas y las duras condiciones de trabajo crean un gran número de problemas, como el envejecimiento prematuro, la desnutrición, la depresión o la drogadicción.
Los niños procedentes de entornos desfavorecidos, de grupos minoritarios o sustraídos del seno familiar carecen de protección. Sus empleadores hacen lo que sea necesario para hacerlos completamente invisibles y, por lo tanto, son capaces de ejercer control absoluto sobre ellos. Estos niños trabajan en condiciones degradantes, lo que socava todos sus derechos y principios fundamentales.
Por otra parte, los niños que trabajan no están en capacidad de tener una educación normal y serán condenados a convertirse en un adulto analfabeto, sin tener la posibilidad de crecer en su vida social y profesional.
En algunos casos, el trabajo infantil también pone en peligro la dignidad y la moral del niño, especialmente cuando es víctima de explotación sexual, como la prostitución o la pornografía infantil.
Además, los niños que trabajan están más expuestos a la desnutrición y suelen ser víctimas de violencia física, mental y sexual.
Visión general del trabajo infantil en el mundo
La explotación infantil existe en todos los continentes y adopta varias formas de acuerdo a las culturas y tradiciones de la región.
• En el sudeste de Asia y en el Pacífico, las niñas son vendidas para abastecer las redes de prostitución o para trabajar como empleadas domésticas. Muchos niños son vendidos a fábricas textiles como trabajadores sin paga para cubrir las deudas de sus familias.
• En África, los padres venden a sus hijos, a menudo a cambio de ganado (por lo general, un niño se vende por una vaca). Estos menores son explotados en plantaciones o en minas, o se convierten en trabajadores domésticos.
• En América del Norte y América Latina, los niños son víctimas de la prostitución para satisfacer el apetito perverso de turistas y son explotados cada vez más por los narcotraficantes.
• En Europa, los niños son secuestrados, proporcionando mano de obra barata o abasteciendo a las redes de prostitución que proliferan en Europa del Este.
No hay comentarios:
Publicar un comentario